30.07.10: El Día Negro en Ciudad Valles
El día más sangriento en el municipio más importante de la Huasteca Potosina; hoy hace 11 años
Libreportaldenoticias
Ciudad Valles, S.L.P.- Hace unos años entrevistamos a un agente de Seguridad Pública Municipal y nos relataba cómo había vivido el episodio. Varios de sus compañeros habían renunciado, otros estaban con incapacidad al haber quedado con secuelas físicas, aparte de las psicológicas.
Le preguntamos recientemente a Daniel Vázquez, compañero reportero, cómo pasó ese momento, en el considerado Día Negro en Ciudad Valles. El 30 de julio de 2010, hoy hace 11 años.
Fue el primer atentado contra la Policía Municipal, cuando estaba la comandancia en el Bulevar México – Laredo.
“Ese día me tocaba hacer guardia, había terminado el trabajo en oficina y me iba a mi casa, eran como las 6:30 de la tarde y de pasada dejaría en su casa a mi compañera Perla Irineo; íbamos por el bulevar Lázaro Cárdenas y en eso me dice ¿viste eso? Acababa de pasar una camioneta de modelo reciente, doble cabina con personas encapuchadas con armas largas por fuera de las ventanillas. Yo seguí avanzando, llegué a la esquina de la queretana y me llamo la atención que en el carril opuesto estaba una camioneta abandonada y el resto de los vehículos que iban en circulación se estaban dispersando a calles aledañas.
“Ya valió, está feo ésto”, fue lo que se dijeron ambos. Charmin y Perla no habían visto antes en esta ciudad una unidad con personas armadas a plena luz del día, así que se secaron el sudor de la cara por los más de 35 grados que se registraban en ese momento, y solamente se quedaron pensando, temerosos.
Dice Charmin que no había cruzado la vía del tren cuando el presentimiento se hizo realidad. Empezaron a escuchar ráfagas que los puso aún más nerviosos.
“Los oíamos como si estuvieran a la vuelta de la esquina, se escuchaba muy fuerte, no sé si fueron cinco minutos o tres o más pero lo sentimos como una eternidad. Perla me dice dale no te pares, la dejé en su casa ahí cerca de Valle Alto y se seguían oyendo los tiros, me dice no te vayas a regresar, pero pues era mi trabajo”.
Con la adrenalina a tope, Charmin se fue hasta la entrada principal de Valle Alto en la carretera al Mante y vio cómo en sentido contrario los autos se regresaban del puente negro.
“Bajé normal y vi patrullas tapando la circulación en la intersección de bulevares, entonces también me tuve que retornar en sentido contrario, me fui hasta atrás de Soriana, me metí por el Colonial, luego hacia Norte Residencial y salí a Ejército Mexicano y enfilé por la Lerdo de Tejada; para entonces ya tenía llamadas y mensajes en el cel donde me decían que habían disparado contra la Policía y que había muertos.
El Tsuru blanco con el logotipo de la empresa llegó hasta la calle Frontera a unos pasos del bulevar que atraviesa la ciudad. Lo estacionó a un lado de la pizzería, y entonces sus ojos vieron la escena cruenta que recuerda como si hubiera ocurrido hace poco.
“Lo primero que vi fue una patrulla toda baleada y en la defensa en la parte trasera estaba sentado e inclinado hacia adelante el subdirector de la corporación, Francisco Javier Meléndez Ponce, en ese entonces el director era Vite. Lo veía como si le faltara la respiración y creo que estaba llorando; me acerqué, le pregunté qué había pasado y solo me dijo, me mataron a todos, todos están muertos. Evidentemente estaba en shock”.
Su corazón latió más fuerte, cuando vio el número de patrulla. Era la que manejaba regularmente un conocido, un amigo de años que se supone estaba como responsable de turno.
“Juan José Rocha Mireles, le llamé, me contesta y me dice qué pasó, le dije tú traías la patrulla, dice estoy en San Luis vine a exámenes. No sabía aún lo que había pasado, le dije balearon la corporación”.
Con las piernas temblando y aún incrédulo por el escenario de terror alrededor, llegó hasta la entrada a la Comandancia, donde ya estaba todo acordonado. Había decenas de policías y en el piso brillaban los casquillos recién percutidos. Cinco personas estaban sin vida. Unos policías, un oficinista del área de Tesorería y un adulto mayor que estaba en el departamento del Inapam cuya oficina se encontraba en el mismo inmueble.
“Se me vinieron a la mente todos a los que conocía porque a diario iba a esas instalaciones a recabar información, en barandilla siempre había dos elementos custodiando, en área de radios y teléfonos otros dos o tres, el de recepción. Ya con los minutos empezaron a surgir nombres, y algunos los conocía solo de vista. Me apresuré, tomé fotos y me fui hacia la Coca porque reportaban que allá había otros dos policías muertos. En total fueron siete las personas asesinadas”.
“En la patrulla falleció uno, y después supe que sobrevivieron dos de cabina de radio y me contaron la historia de cómo fue quela libraron: entraron los delincuentes y ellos no se tiraron al suelo, se pegaron a la pared de tal forma que unos muros de concreto como de un metro cuadrado que estaban ahí los tapaba, eran muy delgados, los delincuentes entraron pero no vieron a nadie, rafagueraron y se salieron, si los hubieran visto también los matan”.
Después de eso, supo después que por lo menos tres o cuatro elementos renunciaron, hubo algunos que fueron incapacitados por las secuelas de heridas de las balas.
“Ya después escuchaba las historias, la mayoría decía que aunque hubieran querido reaccionar no tenían cómo. Eran si acaso unos diez a 15 que tenían portación de arma pero traían solo un revolver o escopeta, y ¿qué podían hacer contra los AK 47 y las R15?”.
La Policía Municipal ha estado en el ojo de las críticas en los últimos años, por abusos de autoridad y otros señalamientos contra los elementos, incluso hacia el ahora ex director, Héctor Edgar Mar del Ángel.
Con todo y acusaciones, los agentes, igual que los de otras instituciones de seguridad, arriesgan la vida en su labor, hasta por el simple hecho de estar uniformados.
El 25 de febrero de este año hubo otro suceso violento en la ciudad, con saldo de cuatro personas sin vida, todos civiles. La situación sigue siendo tensa y muchos han optado por evitar salir después de las 11 de la noche.