José Alfredo, orgulloso de ser militar y ejercer en el rubro de salud

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Ciudad Valles, S.L.P.- José Alfredo Cantor Carranza tiene 27 años de edad, es originario de Santa Lucía, cerca de donde se construye el aeropuerto en el Estado de México.

Ingresó en el 2012 a la Secretaría de la Defensa Nacional porque su papá también es militar.

Es Subteniente Cirujano Dentista y forma parte de la plantilla de médicos de la institución. Desde hace menos de dos meses se encuentra asignado al 36 Batallón de Infantería de Ciudad Valles, San Luis Potosí, donde junto a otros profesionales, se encarga de la atención a los soldados y sus familias que son derechohabientes.

Hoy 23 de octubre se celebró el Día del Médico, por lo que realizamos una entrevista en este 36 Batallón, donde el Pelotón de Sanidad atiende en promedio a alrededor de 300 pacientes al mes, más otras 50 que acuden a consulta dental.

Cantor Carranza explicó la labor que se hace en esta área y cómo se transformó a raíz de la pandemia por el Covid.

Los derechohabientes son los militares y sus familiares directos como padres, hijos y esposa o esposo.

Primero, se cuenta con el área de contención donde se realiza un protocolo para verificar si los que acuden presentan sintomatología respiratoria.
En caso de que sí, el médico valora si puede irse a reposar o si requiere de una atención especializada se envía a segundo nivel, que en este caso es el Hospital Militar Regional en la capital del estado, y si se trata de algo más grave, a hospitales de tercer nivel en la Ciudad de México.

José Alfredo quiso ser soldado porque su papá también es militar, pero también tenía el deseo de formarse en el rubro de salud.

“Ingresé para ser médico militar, estuve en el plantel un año pero después reingresé a la Escuela de Odontología del Centro Militar de Ciencias de la Salud en la Ciudad de México donde me gradué, tuve un año de prácticas en la Unidad de Especialidades Odontológicas en la misma Ciudad de México y de ahí me enviaron a Ciudad Valles”.

Tiene menos de dos meses en el 36 Batallón, y dice estar seguro de amar esta profesión.

“Me hace ayudar a la gente; a veces llegan con el problema cuando ya no aguantan, pero es satisfactorio que en la siguiente cita se ven mejor. A veces cuando hay mucho trabajo no te das cuenta ni en qué día estás pero da gusto que hay un día especial donde se reconoce el trabajo, y saber que hay sacrificios pero también una gratificación, una satisfacción personal”.