Agonía en la Huasteca Potosina: así se está extinguiendo la fauna silvestre

Cada vez hay menos jaguares, cada vez hay menos loros.
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Un puma de gran tamaño sobre la vía de rodamiento en el Libramiento Valles – Tamuin; un jaguarundi también arrollado en la Valles – Rioverde; los restos casi carbonizados de un felino después de un incendio; un venado sangrando moribundo sujetado de los cuernos por su depredador; una hembra con cría aún en su panza también asesinada; una víbora macheteada; un tecolote confundido con una «bruja», una onza confundido con un «nahual».
Imágenes que causan tristeza y rabia. Es la Huasteca Potosina, el paraíso de cascadas, ríos, selva y animales que tal vez en unos años podríamos ya no tener.
Los cazadores furtivos, los incendios agrícolas que salen de control, la modernización de carreteras, la ignorancia de la gente están acabando poco a poco con diversas especies en la región, y aunque hay conciencia en muchos ciudadanos, aún no se hacen las acciones necesarias para frenar esa depredación.
«Yo viajo todos los días a Tancanhuitz y no hay día en que no haya un armadillo, tlacuaches y pocas veces mapaches, ardillas y tejones… una vez me tocó que se me atravesara una onza pero pude bajar la velocidad y alcanzó a pasar pero días después la atropellaron a la altura de Tantobal. Donde casi siempre hay animalitos atropellados es a la altura de Santiaguillo. La quema de caña hace que salgan espantados y otros salen a buscar agua y alimento».
La ampliación y modernización de alrededor de 100 kilómetros de la carretera federal 85, tramo Valles – Tamazunchale tiene anuncios de paso de diversas especies, sin embargo una valla de concreto y una malla, tapan totalmente su andar, por lo que su destino más seguro es ser arrollados.
«Más que cazadores son unos depredadores que no les importa si se trata de cervatillos, de recién nacidos, de todas maneras arrasan con lo que se les atraviese, vendiendo la carne en trescientos, cuatrocientos el kilo. Qué triste ver cómo, un lugar que antes fue biodiverso ahora estemos en severos problemas a raíz de la cacería furtiva», expresa Ena Mildred Buenfil Zamudio, directora de Selva Teenek Ecopark, que se ha convertido en una asociación protectora de especies y que está exhibiendo a los delincuentes que están matando o atrapando a esos venados y otros animales.
«Tenemos denuncias de Tamazunchale, Xilitla, Tancanhuitz, Ébano, Tamuin, Aquismón, Tamasopo, Tampamolón, Valles. Todo ejidatario, todo ranchero, toda comunidad debe saber que a los cazadores furtivos no se les debe dar cabida en sus espacios.
Estamos viendo que está siendo como una cadena, nos están reportando a más personas que se dedican a estas malas prácticas y tenemos el apoyo de un abogado para presentar las denuncias».
La asociación está adquiriendo drones con sensores térmicos para ubicar cazadores y sus jaurías durante la noche.
Ena reconoce además el compromiso ahora de los nuevos titulares regionales de la Guardia Civil Estatal que están colaborando en esta tarea de parar la caza ilegal. Ante cualquier hecho, lo reporta también a Profepa y Semarnat.
Propietarios de ranchos aseguran que ingresan a propiedad privada de manera ilegal acompañados de perros entrenados para perseguir animales y que incluso les han destazado becerros cuando no logran capturar fauna silvestre.
En términos del Artículo 420 del Código Penal Federal, la pena a imponer a quien ilícitamente realice actividades de caza, posesión o daño de una especie de fauna silvestre regulada por algún tratado internacional del que México sea parte, corresponderá de uno a nueve años de prisión y el equivalente de trescientos a tres mil días multa.
Esta pena se incrementará hasta tres años de prisión y hasta mil días multa (unidades de medidas y actualización), cuando las conductas descritas se realicen en o afecten un área natural protegida, o cuando se realicen con fines comerciales.
En sesión itinerante del Congreso del Estado el 25 de abril pasado en Ciudad Valles, la diputada Roxana Hernández Ramírez presentó una iniciativa de acciones contra la caza furtiva en la Huasteca, de protección a la fauna silvestre, especialmente a especies en riesgo de desaparecer.
NO HAY EDUCACIÓN AMBIENTAL
A pesar de los esfuerzos de la iniciativa ciudadana y algunas dependencias gubernamentales, aún no se genera una conciencia real en la población. Algunos siguen creyendo que las lechuzas, los búhos, por ejemplo, son «brujas», o a la primera víbora que se les cruza en el camino, le quitan la vida, aunque no representen un riesgo.
«¿Y qué está haciendo el gobierno para detener este daño al ambiente?, lo que te puedo decir es que en el caso del gobierno federal, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) a través de la reserva de la Biosfera Sierra del Abra Tanchipa, tiene varias acciones, brechas contra fuego, instalación de bebederos, monitoreo de fauna, entre otros. Pero si hablamos de la Segam (Secretaría de Ecología y Gestión Ambiental) aún no veo proyectos concretos para ese fin al menos aquí en la Huasteca», expreso Alejandro Aguilar Fernández, ecologista de Ciudad Valles.
Añadió que en los últimos años ha reducido la población de animales aunque sería necesario un estudio por grupos taxonómicos, pues no se afecta por igual a todas las especies, incluso algunas en lugar de disminuir, se incrementan con las perturbaciones, por ejemplo, roedores y logomorfos (conejos, liebres).
«Itsamal» es un colectivo social e independiente creado en Ciudad Valles con el objetivo de generar y difundir información sobre la conservación de los ecosistemas y la biodiversidad del estado de San Luis Potosí. Realiza labores de monitoreo, y han encontrado un sitio en la selva de la Huasteca Potosina con presencia de jaguar y otros felinos silvestres.
«En esta área colaboramos con los pobladores locales y juntos promovemos la protección de estas especies y la conservación de su hábitat. El jaguar es el mayor depredador que habita los bosques y selvas en la Huasteca y su presencia es importante para regular y mantener el equilibrio natural».
Algunos integrantes de esta agrupación son Mónica Aguilar, Obed Godínez y Alejandro Aguilar, quienes han logrado captar en esas cámaras a pumas, jaguares, hocofaisanes, pecaríes, venados, jaguarundis u onzas, coyotes y muchas otras especies.
Se dedican también al avistamiento y estudio de aves.
Alejandro lamenta que años atrás era normal tener en casa un loro, cotorro o quila y la extracción ilegal de estas especies no se ha podido frenar. Y es que mientras haya compradores, habrá vendedores, que los llegan a sustraer de sus nidos.
Son 22 especies de loros o cotorros en México, en la Huasteca hay siete, todas protegidas por ley. La extracción, comercio, transporte y posesión es un delito.
«La Profepa ha empezado procesos en contra de quienes poseen ejemplares. Sin duda ésto genera controversias. Tenemos que dirigirnos a educarnos, a cambiar hábitos, que si bien eran normales en el pasado, ahora ponen en riesgo la desaparición de estas aves, que no sólo son bellas, sino que dispersan semillas de diversas especies de plantas, por lo que su importancia ecológica es incuestionable».
El jaguarundi es uno de los felinos silvestres de México más esquivos en el campo y es considerado como una de las especies de carnívoros menos conocida. En la Huasteca Potosina los pobladores locales lo consideran raro. Se alimenta principalmente de roedores, aves y otros vertebrados pequeños como reptiles.
La primavera es la época reproductiva y es frecuente que los jaguarundis y sus crías se internen en los cultivos de caña de azúcar en busca de roedores, lamentablemente la gente suele temerles y los ahuyenta o caza, pero su presencia en este tipo de cultivo es benéfica para los productores pues regulan la población de roedores que en los últimos años se han convertido en un problema de plaga para el cultivo de caña de azúcar en la región.
Es una especie que se encuentra amenazada de acuerdo a la NOM-059-SEMARNAT-2010.
La cacería, la deforestación y los incendios forestales son las principales amenazas para la especie, además durante las quemas de caña pueden quedar atrapados y morir quemados.
El pecarí de collar (Dicotyles tajacu) es uno de los mamíferos silvestres de México con mayor distribución en el país. En San Luis Potosí se ha registrado en los bosques templados, selvas tropicales y el matorral semidesértico. Como consumidor primario través de la herviboría, la depredación de frutos y la dispersión de semillas, asi como presa de los depredadores contribuye a mantener la dinámica del ecosistema.
Lamentablemente es una especie poco tolerada por los humanos que suele ser cazada para consumo de su carne o simplemente erradicada por ser considerada plaga en los cultivos. Esta especie, como todas, juega un papel clave en el ecosistema y su permanencia depende de nosotros.
La Tuza real o tepezcuintle (Cuniculus paca) es el roedor de mayor tamaño que habita los bosques y selvas tropicales de San Luis Potosí. Lamentablemente es una de las especies que sufren mayor extracción ilegal a través de la caza furtiva y en algunas zonas donde se distribuye, los pobladores locales hablan de su desaparición, esto es posible ya que es una de las especies mayormente consumidas en las zonas rurales y esta práctica puede llegar a diezmar sus poblaciones. La importancia de esta especie radica en que es un gran consumidor y dispersor de semillas de los árboles nativos y es parte de la dieta de los grandes felinos como el jaguar y el puma.
SIERRA DEL ABRA – TANCHIPA
El 6 de junio de 1994, siendo Presidente Carlos Salinas de Gortari, apareció publicado en el Diario Oficial de la Federación el decreto como Reserva Natural Protegida la Biosfera Sierra del Abra Tanchipa, con una extensión de 21 mil 467 hectáreas, ubicadas en el municipio de Ciudad Valles y Tamuín. Ésto, gracias a la tenacidad del profesor Fernando Domínguez García y, a un grupo de ecologistas que formalizaron la Asociación “Proyecto Verde “con el propósito de rescatar el río Valles, así como preservar la flora y fauna de la Huasteca Potosina.
La Sierra del Abra Tanchipa alberga especies en peligro de extinción como felinos y soyates milenarios.
Personal de Conanp promueve el conocimiento y la sensibilización de protección a esta área que alberga más de 1,400 especies, entre animales, aves, flora, hongos.
«Estamos trabajando para el estudio de esas especies.
Una emblemática es el jaguar, que está en peligro de extinción y es de suma importancia para nosotros su conservación. Hacemos tareas principalmente de concientización, sensibilizar a las personas para que cuiden de ellas».
De acuerdo a estudios, refirió la entrevistada, hasta hace unos meses se contabilizaban más de diez jaguares residentes en el área, los cuales caminan kilómetros de distancia, así como otros que solo van de paso. De acuerdo a avistamientos en videos de las cámaras, sí se han logrado reproducir algunas hembras.
En el lugar, en un área destinada para ello, se puede recibir a estudiantes o habitantes en la zona de influencia con recorridos interpretativos.
Al encontrarse sus plantas en áreas adyacentes a la sierra Tanchipa, Cemex implementa programas e iniciativas que promuevan la preservación y mejora de la biodiversidad. Sus proyectos han sido reconocidos por el Wildlife Habitat Council (WHC) por su excelencia en conservación.
En Tamuin, por ejemplo, se realizó el Programa de Restauración Ambiental Comunitaria (PRAC), con la publicación de la Guía comunitaria «Susurros del Agua, la Voz de la Vida», que involucró a 52 promotores ambientales en actividades de diagnóstico y monitoreo de flora y fauna, que fue galardonada en la categoría de Concientización y Participación Comunitaria en los Premios WHC 2024.
En Valles fue reconocido por el Programa de Restauración Ambiental Comunitaria (PRAC), donde jóvenes se capacitan para crear soluciones a los retos ambientales. También por iniciativas como el Jardín para Polinizadores, Aprendiendo en el Taller de Viveros, y el espacio de monitoreo y educación ambiental, donde colaboradores se forman, cultivan huertos y ayudan a proporcionar un hábitat seguro para aves e insectos.
GOBIERNO ESTATAL BUSCA PREVENIR INCENDIOS FORESTALES
Hasta el 18 de abril, el gobierno estatal contabilizó 33 incendios forestales originados por el manejo inadecuado de fuego durante la actual temporada de zafra, que dejan no solo deforestación sino afectación a especies animales que los hacen huir de su hábitat y en el peor de los casos son alcanzados por el fuego. En siniestros ocurridos en Xilitla y Ciudad Valles, hubo imágenes tristes de animales huyendo, así como de restos calcinados.
El Secretario General de Gobierno, J. Guadalupe Torres Sánchez encabezó una reunión en Ciudad Valles con productores cañeros, en la que se sentaron las bases para la creación de un fondo para atender dichos siniestros.
Refrendó el compromiso del Gobernador Ricardo Gallardo Cardona de seguir fortaleciendo al campo potosino pero también de preservar el medio ambiente.
Los productores deben avisar con al menos ocho días de anticipación a los ayuntamientos sobre las quemas, evitar la realización de una segunda quema, y en caso de incumplimiento, aplicar sanciones que van de 500 a mil UMAS. Los recursos obtenidos por estas sanciones serán destinados a un fondo para el combate de incendios forestales, incluyendo la compra de equipo para el campo.
Tanlajás es uno de los municipios donde ha habido avistamiento de jaguares, y el señor Doroteo Santiago Bautista tuvo ese privilegio cuando, en una tarde casi al anochecer tuvo encuentro con un felino en un rancho donde trabaja.
Proteccion Civil insta a los pobladores a mantener la calma, y en caso de que se llegue a tener contacto visual con la especie, pidió buscar un sitio de resguardo seguro y avisar a las autoridades locales del municipio.
Aquismón es uno de los municipios de donde reportan cazadores furtivos que en redes sociales presumen los venados que matan haciendo uso de armas de fuego y apoyándose en jaurías de perros.
El presidente municipal Cuauhtémoc Balderas Yáñez expresó que la población debe concientizarse de la importancia de no atentar contra la flora y fauna.
«Fuimos al incendio en Joya de las Vacas y me tocó ver la osamenta de animales y es triste porque de por sí debido a la falta de agua empiezan a acercarse a zonas habitadas y los cazadores los empiezan a matar».
Con un evento con rituales tének, el Edil celebró junto a ciudadanos el Día Internacional de la Madre Tierra, e inició con beneplácito la jornada de reforestación para plantar 10 mil arbolitos, recibidos en donación por el Gobierno del Estado en un programa que abarca los 59 municipios.
CAMBIO CLIMÁTICO
Mayo 17, 2024, el paisaje era desolador. Rocas a la vista, árboles sedientos, nada de agua en uno de los sitios emblemáticos de Aquismón: el nacimiento de Tambaque. Ni una sola gota, y en décadas jamás se había visto así. Ese panorama nos hizo llorar, porque apenas días atrás aún vimos cómo corría el líquido cristalino.
Las aves ansiosas volando de un lado a otro, resistiendo los casi 50 grados centígrados.
El cuadro lo completó el triste canto de lo que parecía un pájaro fantasma o urutaú; ese canto era tan triste como lo que veíamos alrededor.
La gente ya está dándose cuenta que el «cambio climático» que se veía lejano, ya lo estamos viviendo. Ya no llueve como antes, no en las temporadas como antes; cada vez hace más calor, y no solo el humano lo está resintiendo, también los árboles, los animales.
«QUIERO QUE OTROS NIÑOS TAMBIÉN PUEDAN VER UN LORO VOLAR, UN PUMA O UN VENADO CORRER»
Ian Edgar tiene siete años, y dice que cuando sea grande será doctor de animales porque le gustan mucho. Escucha a su mamá cuando dice que los loros, los cotorros no son para estar en una jaula; que los venados, los jaguares, los zorros, los mapaches, los armadillos deben ser libres. Que los tlacuaches, las serpientes, los monos, los caballos, que cualquier ser vivo debe ser respetado.
«A mí me gustaría que cuando yo esté grande, los niños también puedan conocer los animales, que no haya historias de jaguares desaparecidos, de cotorros extinguidos, y quiero que todos aprendamos a cuidar la naturaleza y nuestro planeta Tierra porque mi mamá dice que es la casa donde vivimos».
Redacción: Imelda Torres