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Cinco años de la Guardia Nacional

Quinto Aniversario de la Guardia Nacional

Acto encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador desde la Ciudad de México
Presidencia de la República | 02 de julio de 2024

Mensaje del presidente.

PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: Amigas, amigos integrantes de las Fuerzas Armadas; de esta nueva institución, Guardia Nacional; amigas, amigos todos.

Me da mucho gusto participar en esta ceremonia. Estamos conmemorando el 5° aniversario de la fundación de la Guardia Nacional. Creo que fue un acierto el haber creado la Guardia Nacional.

Por factores o causas que no voy a mencionar, se fue posponiendo la necesidad de reformar la Constitución, las leyes, para poner en correspondencia los nuevos tiempos con el quehacer de las Fuerzas Armadas y de las policías en nuestro país. Estaba en la Constitución prohibido el que las Fuerzas Armadas llevaran a cabo labores de seguridad pública; es decir, la Secretaría de la Defensa, la Secretaría de Marina, no podían ocuparse de esta importante tarea de garantizar la paz y la tranquilidad a los mexicanos; eran otras sus misiones, no en lo específico la seguridad pública.

Y esto se quiso remediar con la creación de la Policía Federal y no fue suficiente, ni en lo cualitativo ni en lo cuantitativo. En lo cualitativo, porque no se creó una institución con doctrina, con profesionalismo, como era necesario; y en lo cuantitativo, en el mejor momento, la Policía Federal llegó a contar con 40 mil elementos para todo el país; se tenía a las policías municipales, policías estatales y la Policía Federal con 40 mil elementos.

Ni siquiera en el tiempo que duró la Policía Federal se crearon instalaciones, cuarteles; se enviaba a los elementos a misiones y tenían que acampar a la intemperie o en hoteles. Desde luego, no había disciplina, y en los últimos tiempos se echó a perder por completo la Policía Federal.

De ahí que, cuando llegamos a la Presidencia, se propuso hacer una reforma a la Constitución para que, tanto la Secretaría de Marina como la Secretaría de la Defensa, nos ayudaran en la demanda de seguridad que tienen todos los mexicanos, algo fundamental.

Desde luego, es muy importante la misión de la Defensa Nacional, de defender nuestro territorio, de hacer valer nuestra independencia, de defender nuestra patria, pero eso ya se hacía, y en tiempos de emergencia había quedado demostrado —así lo registra la historia—, que, cuando se trata de defender la soberanía de México, la independencia de México, el territorio de México, todos los mexicanos participamos, no sólo las Fuerzas Armadas.

Con el paso del tiempo se fue agravando el problema de la seguridad pública y hacía falta atenderlo, es algo prioritario; de ahí que, con la reforma a la Constitución, se permitió, tanto a la Secretaría de Marina como a la Secretaría de la Defensa, participar en tareas de seguridad pública. Y esto fue un logro muy importante, porque a partir de entonces, de hace cinco años, contamos con estas dos importantes instituciones, que tienen una tradición de disciplina, de profesionalismo; son dos pilares fundamentales del Estado nacional, la Secretaría de Marina, la Secretaría de la Defensa.

En lo cuantitativo estamos hablando de alrededor de 300 mil elementos, que estaban ahí, en los cuarteles y en otras tareas, pero no coadyuvando en lo que más preocupa a los mexicanos: la seguridad pública.

También en esa reforma se creó la Guardia Nacional, esto que hoy celebramos, y miren el avance: ya 130 mil elementos; hablé que, en su mejor momento, la Policía Federal llegó a tener 40 mil, y ahora son 130 mil elementos de la Guardia Nacional, y está proyectado para el año próximo llegar a 150 mil elementos de la Guardia Nacional.

Hablaba yo de que, en el tiempo de la Policía Federal, no se construyeron instalaciones, ni un solo cuartel. Ahora hay 401 cuarteles construidos por los ingenieros militares, más instalaciones que ha aportado la Secretaría de la Defensa, y ya tenemos presencia en todo el territorio nacional.

También, entre otras cosas, ya la Guardia Nacional se hace cargo de la protección en las carreteras, y ya no se escucha de que se extorsione a automovilistas. Yo soy andariego, recorro el país. Y, como todos sabemos, ya nuestro pueblo tiene un grado muy alto de concientización, de politización; ya no se queda callado, ya denuncia, es un pueblo activo, no son ciudadanos imaginarios.

De modo que vamos avanzando. Y nos ha ayudado mucho el trabajar de manera conjunta, la Secretaría de la Defensa, Secretaría de Marina, Secretaría de Gobernación, la Secretaría de Seguridad Pública, todos juntos. No hay un país en el mundo, como sucede en nuestro país, que de lunes a viernes, de 6:00 a 7:00 de la mañana se reúne el Gabinete de Seguridad encabezado por el presidente de la República para recibir el reporte de lo sucedido en todo México, y tomar decisiones y actuar, porque este es un asunto, repito, fundamental, el garantizar la paz y la tranquilidad en el país.

No se delega, no se reciben informes cada semana, cada 15 días, cada mes, sino todos los días, cada 24 horas trabajamos los integrantes del Gabinete de Seguridad, y en los estados se hace lo mismo con las corporaciones, con las Fuerzas Armadas, con las autoridades civiles.

Así es como estamos enfrentando el flagelo de la violencia. Se va avanzando; no como quisiéramos, pero hay que tomar en cuenta que se trata de un mal bastante agravado, porque lo dejaron mucho tiempo sin atención. Es ahora que estamos atendiendo las causas que originan la violencia, que eso es lo más importante de todo: el que se logre una sociedad mejor, en donde todos los mexicanos tengan ingresos suficientes, buenos salarios; que se tenga garantizado el derecho a la educación, a la salud; que se atienda a los jóvenes; que haya seguridad social, que el mexicano tenga seguridad desde que nace hasta que muere, desde la cuna hasta la tumba. Y eso es lo que hemos venido haciendo.

Hace unos días comentaba de que, como nunca, se está distribuyendo con justicia el presupuesto público, que es dinero del pueblo. Somos 35 millones de familias en el país, y a 30 millones de familias les llega, cuando menos, una pequeña porción del presupuesto nacional, un Programa de Bienestar o un apoyo, una ayuda; y los cinco millones de familias restantes se benefician, porque cuando abajo hay bienestar, cuando hay ingresos, cuando hay para consumir bienes, se beneficia el comercio, la industria, las empresas, nos beneficiamos todos, y esto ayuda mucho.

Nunca se había atendido, por ejemplo, a los jóvenes, como ahora; al contrario, de manera absurda, discriminatoria, se les decía a los jóvenes ‘ninis’, que ni estudian ni trabajan. Y se veía a los jóvenes en las gasolineras, a las entradas de los pueblos y nada más se les señalaba: ‘Ahí están los halconcitos’, pero no se hacía nada por los jóvenes, por garantizar el derecho de los jóvenes al estudio y al trabajo.

Ahora es distinto, ahora se entregan becas para estudiantes de todos los niveles de escolaridad, pero sólo en el caso del nivel medio superior, que coincide con la edad de la adolescencia, que es muy difícil, todos los estudiantes de preparatoria tienen beca, más de cinco millones. Y ya estamos terminando el gobierno y puedo decir que hemos reducido considerablemente el abandono de los jóvenes de la escuela; hay menos deserción, están estudiando más los jóvenes.

Y lo mismo en el nivel universitario: estudiantes de familias pobres reciben becas, alrededor de 600 mil estudiantes; muchísimo más que los alumnos que tiene la UNAM y el Politécnico juntos, son los jóvenes que están recibiendo becas para estudiar en el nivel universitario. Sólo el programa Jóvenes Construyendo el Futuro, que es para quienes ya no están estudiando ni tienen trabajo, se les contrata y se les paga un salario mínimo, ya son tres millones de jóvenes que se han beneficiado con este programa.

Para tener una idea de lo que se hacía antes y de lo que se hace ahora, en cinco sexenios anteriores, 30 años, destinaron a los jóvenes siete mil millones de pesos; sólo el programa Jóvenes Construyendo el Futuro en este gobierno ha significado una inversión, que no gasto, de 120 mil millones de pesos.

Todo esto ya está empezando a dar frutos. Ya en las detenciones, cuando tenemos que lamentar la pérdida de vidas humanas en enfrentamientos, ya sea entre la misma delincuencia o con las Fuerzas Armadas, ya son menos los jóvenes que aparecen, o que pierden la vida, o son detenidos por actos delictivos.

Y lleva tiempo, estamos empezando. Afortunadamente, va a haber continuidad con cambio, va a continuar la transformación y esto se va a consolidar como una estrategia para garantizar la paz y la tranquilidad, lo que es el lema de la Guardia Nacional, ‘justicia y paz’, porque la paz es fruto de la justicia.

En eso estamos avanzando. Hay reducción, hay disminución en la incidencia delictiva, prácticamente en todos los delitos, todos; sólo la excepción es extorsión, pero hay disminución en homicidios, que nos ha costado bastante, porque quedaron en activo y protegidas las bandas de la delincuencia organizada, pero ahí vamos avanzando y ya hay menos homicidios que cuando llegamos al gobierno.

Y significativamente menos secuestros, hay una disminución en secuestros de alrededor del 75 por ciento menos que cuando llegamos. Y lo mismo en robo, robo en general, robo en vehículo y en otros delitos. Vamos avanzando.

Tenemos que cuidar dos cosas que comparto con ustedes:

Una, que es muy importante, el que no se incremente el consumo de drogas en nuestro país; que se fortalezcan valores culturales, morales, espirituales; que no se desintegren las familias; que sigamos manteniendo nuestras tradiciones, nuestras costumbres, porque nuestras culturas que vienen de lejos, del México profundo, nos han protegido.

Los mexicanos, lo digo con todo respeto, no son viciosos, no son proclives a las drogas; esto es muy importante. Sí tenemos consumo de drogas, pero muy focalizado; donde hay más vida comunitaria, donde hay más tradiciones culturales, menos drogadicción.

Hay que cuidar que eso no se extienda en el país y, afortunadamente, contamos con ese escudo protector que son nuestras culturas, nuestras familias, el que no hay esa deformación que significa el recurrir a las drogas, que tiene bastante que ver con la falta de amor, con la falta de solidaridad, de fraternidad, que nosotros los mexicanos tenemos bastante, esa gran reserva de valores que nos ayuda, sobre todo la familia, que es la principal institución de seguridad social.

Cuidar eso porque, está demostrado, donde hay consumo, hay más violencia, y ustedes lo saben; donde no hay consumo, menos violencia. De modo que tenemos que cuidar que no haya crecimiento en el consumo y la mejor manera de enfrentar este desafío es fortaleciendo los valores, uniéndonos más familiarmente, fortaleciendo valores culturales, morales, espirituales.

Y que los jóvenes no sean desatendidos, que no sean olvidados, y que el mexicano tenga para su sustento, para lo que por derecho le corresponde, salarios justos, que siempre haya bienestar. Eso tomarlo en cuenta.

Y lo otro es que debemos de convencer, porque somos hermanos y buenos vecinos, a los estadounidenses para que ellos atiendan las causas que originan el elevado consumo de droga que tienen en ese país, porque eso es lo que lleva a situaciones, primero, muy lamentables que entristecen, que duelen, porque nosotros somos partidarios de la fraternidad universal, nos duele que pierdan la vida por sobredosis; sobre todo ahora con esta droga terrible del fentanilo, 100 mil jóvenes al año en Estados Unidos. Y con todo nuestro respeto —porque, repito, son vecinos amigos, somos como paisanos, porque ya hay 40 millones de mexicanos viviendo en Estados Unidos—, ellos no están atendiendo las causas.

Acabo de leer hace dos días que autorizan, por ejemplo, una ley para que ya nadie pueda vivir en la calle. Pero ¿eso qué resuelve? Lo que hay que procurar es que los jóvenes no salgan tan jóvenes de las familias, que se revise esa costumbre, también, que respetamos mucho, pero que consideramos no es lo más adecuado, de que apenas los jóvenes van creciendo y ya se tienen que ir de la casa y ya no los vuelven a ver, y eso produce soledad, un vacío, falta de amor. ¿Por qué no ayudar a los jóvenes a que se queden dos, tres, cuatro años más, no a los 18, sino a los 24 años que puedan salirse de la casa y que les ayuden pagándoles los estudios, para que no se sientan solos y caigan en la tentación de las drogas? Ayudar en todo lo que podamos para atender las causas del incremento en el consumo de drogas en Estados Unidos, no sólo verlo como algo que se va a resolver con leyes, como esta, a la que hice mención, o con el uso de la fuerza.

Se tienen que atender las causas y esto también nos va a ayudar mucho a nosotros, porque aquí hay grupos de la delincuencia que se dedican a la elaboración de las drogas. Y mientras haya consumo — como sucede, y cada vez más en Estados Unidos—, más problemas tenemos nosotros en México para enfrentar a la delincuencia organizada que se dedica al tráfico de drogas. Son de las cosas que, hacia adelante, hay que seguir tratando, pero en lo que corresponde a México, considero que vamos bien, atendiendo las causas.

Al principio se burlaban de lo que decíamos, o nos daban el avión. Nos decían: ‘Sí, sí, sí, está muy bien lo que estás proponiendo, que haya empleo’. Aquí abro un paréntesis para decir que México es de los países, es el segundo país en el mundo con menos desempleo; cierro el paréntesis. Bueno, decían: ‘Sí, sí, sí, crear empleos, sí mejorar el salario, sí atender a los jóvenes, pero eso lleva mucho tiempo, pero lo que se necesita es ya detener el problema de la inseguridad’. Pues sí, y siempre se dejaba para después la atención de las causas, queriendo —aparentemente— resolver el problema sólo con medidas coercitivas.

Ya nosotros ya empezamos atendiendo las causas y, al mismo tiempo, ya tenemos esta nueva corporación, ya tenemos la Guardia Nacional, que es una corporación profesional, aprobada por los mexicanos. En la última encuesta que vi del Inegi, ya el 75 por ciento de los mexicanos le da su confianza a la Guardia Nacional.

Sigamos así y no caigamos en tentaciones. La felicidad no es dinero, no es acumular riquezas, no es acumular bienes materiales, ni títulos, ni fama, la felicidad verdadera es estar bien con uno mismo, estar bien con nuestra consciencia y estar bien con el prójimo. Y nunca olviden que es preferible heredar a los hijos pobreza, pero no deshonra.

La Guardia Nacional tiene que ser un ejemplo de honestidad, una organización incorruptible para que, de esa manera, se siga garantizando la paz y la tranquilidad en nuestro país.

Muchas felicidades a todas, a todos ustedes. Y también transmitan este saludo, esta felicitación, a sus familiares.

Muchas gracias.

 

 

 

 

 

 

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