La macabra leyenda en construcción de puentes que tiene que ver con niños
«LOS NIÑOS EMPAREDADOS»
Una de las leyendas urbanas más contadas durante décadas ha sido de que en las grandes construcciones había gente que se utilizaba de ofrenda y se incluía en la construcción para que esta fuera más duradera.
La historia no es exclusiva en San Luis Potosí, se cuenta en varios estados de la República Mexicana.
A través de las distintas generaciones se pasa en narrativa oral, que en las grandes construcciones como presas, edificios y puentes, se realizaba una ofrenda para que ésta no se derrumbara o para que las presas no se reventaran.
Esta ofrenda consistía en enterrar en los pilares de las construcciones a niños.
La creencia que se tenía era para que los cimientos resistieran o en su caso, que los lamentos o lloridos de los niños avisaran sobre una desgracia.
Una de las historias más conocidas es en la Presa de San José en 1863, concluida en 1907, en San Luis Potosí.
Se cuenta que el diablo se disfrazó de ingeniero, ordenando a los encargados de la construcción, realizar los emparedados de niños, los cuales eran cadáveres comprados a la gente pobre o incluso también vivos de la edad de 4 años, los ponían en los huecos de las columnas y los entretenían con dulces, mientras los albañiles colaban las columnas.
Esta leyenda cobró fuerza cuando se realizó la ampliación de los puentes de El Pujal y El Coy, sobre todo la gente mayor platica que cuando se construyó el puente de El Pujal en 1936 por los alemanes, enterraron a un niño vivo como ofrenda para que el puente no colapsara.
Los historiadores comentan que esta práctica la realizaban los alemanes en el siglo XVII, por lo que es muy seguro que los trabajadores alemanes que estuvieron en El Pujal, divulgaran sobre la ofrenda que realizaban en su país natal sobre esta tradición urbana.
Hoy en día, estas leyendas han desaparecido, solo queda como una narración popular.
Recordando parte de la historia de Ciudad Valles y en camino a sus 490 años de fundación.
Información: Cronista Municipal de Ciudad Valles, San Luis Potosí, Profesor Crescencio Martínez Candelario.