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¡Que el huapango no muera!

El viernes, el Maestro Mario Chávez Solís recibió un Reconocimiento en Ciudad Valles por parte de la Secretaría de Cultura de gobierno del Estado.

Hoy recordamos este reportaje publicado en mayo de 2017:

Redacción/ Imelda Torres

Del whisky y el aguardiente

Cuál es el mejor licor

Cuál es el mejor licor

Del whisky y el aguardiente

Yo digo que el aguardiente

Porque es emborrachador

Emborracha al presidente

También al gobernador

Querreque, querreque

Ciudad Valles, San Luis Potosí.- De frágil cuerpo pero una memoria fuerte, don Román ha visto el paso de los años junto a su inseparable Stadrivarius. Hace no mucho seguí su lento andar desde su casa en la calle Reforma a la cantina El Aguaje en la Zona Centro, y hoy su menguada salud le ha impedido seguir alegrando comensales, aunque sus manos siguen tocando ese violín como si no hubiera cansancio.

Don Román Araujo Martínez es el huapanguero más longevo de la región, y con él están esos recuerdos de cuando la música tradicional era más valorada; lamenta que haya poco interés de los gobiernos por preservarla, y que las nuevas generaciones poco la conozcan.

“En la Feria le pagan más de tres millones de pesos al Komander o al tal Gerardo Ortiz, y a los músicos locales apenas tres mil pesos”, criticó Erasmo Linares Nájera, líder del trío Los Rebeldes Huastecos, quien lamentó que el gobierno municipal cancelara los Domingos de Huapango que se realizaron solo por unos meses en la plaza principal. Los tríos que participaban, tres o cuatro cada semana, se tandeaban el apoyo de tres mil pesos que les facilitaba el ayuntamiento a través de la dirección de Cultura. Estaban de acuerdo pues incluso en anteriores administraciones no les daban nada.

Hace unos meses el entonces tesorero del Municipio, Alberto Rivas Rubio dijo que no se siguieron haciendo porque ya no había presupuesto.

Fernando Martínez Álvarez, director de Cultura refirió que por instrucciones del alcalde Jorge Terán Juárez se dio un receso por cuestión de recursos.

Mientras tanto, la plaza principal es escenario de espectáculos pero bochornosos por la presencia de teporochos y sexoservidoras; es lo que ven los turistas que llegan a este lugar que es sitio obligado de visita, donde incluso hasta escenas sexuales puede haber a plena luz del día y ante la vista de familias y aunque el mismo alcalde dijo recientemente que se tomarían medidas más enérgicas, la situación sigue siendo la misma.

 

 

DON MARIO CHÁVEZ, TESORO HUMANO VIVO

 

En junio de 2014 Mario Chávez Solís fue reconocido como Tesoro Humano Vivo por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Conaculta, en un evento realizado en Tancanhuitz. Es toda una leyenda en el huapango, pero antes de ser músico trabajó en el campo y hasta cruzó de “mojado” a Estados Unidos.

El oriundo de Fracción Cuartillo Viejo del municipio de Xilitla cumplirá en octubre de este 2017, sesenta y tres años de edad, muchos de ellos al lado de una jarana, una guitarra quinta y un violín, pues los tres los domina a la perfección.

“Desde los 12 años aprendí a tocar pero ya hasta los 17 que lo hice de manera más formal; mi papá estaba en un trío, le dio clases a Pedro Rosa el compositor de El Querreque. El primer grupo en el que estuve fue Los Jilgueros de la Sierra que eran puros jóvenes; en el rancho nos invitaban a bodas, quinceañeras, bautizos, creo que cobrábamos 300 pesos por toda la noche, pero eran varias horas, a veces hasta el otro día”.

Don Mario trabajó como albañil en la capital del país pero los fines de semana se dedicaba a la música; se iba a los bares y cantinas, e integró agrupaciones como Los Pulcatas, Perla Huasteca, Los Guanajuas.

Cuando tenía 24 años estuvo en la frontera del norte. Para entonces ya estaba casado y su familia vivía en un rancho en el lado mexicano y él cruzaba el río a diario para ir a laborar en un campo agrícola de café.

“A las cuatro de la mañana ya estábamos cerca del río, éramos como unos sesenta o setenta los que cruzábamos, cuando estaba bajito nos llegaba a la cintura y nunca dejamos que nos agarrara la migra. Me acuerdo que ganaba veinticuatro, veinticinco dólares pero solo era un rato, como hasta las ocho o nueve”.

Años después y gracias a la música – dice – pudo sacar la visa y cruzaba a suelo estadounidense pero legalmente y a tocar.

Formó parte del Trío Regional Huasteco, también el de Los Parientes, con Don Román Araujo, y después el legendario Trío Los Caporales en el que sigue actualmente junto a su hijo Rigoberto Chávez Medina y otro joven, pues sus compañeros de antes fallecieron.

“En ese tiempo viajábamos a varias ciudades, México, Guadalajara, Puerto Vallarta, Tamaulipas, Tampico y hasta más lejos… creo que valoraban más la música que ahora”.

Cuando estaban en campaña cantó a Miguel de la Madrid, José López Portillo, Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo.

“Les tocamos temas tradicionales, El Potosino, Los Tres Huastecos, El Querreque y los versos que nos salieran ahí en el acto”.

¿Qué representa para usted el huapango?

Para mí tiene mucho valor, siempre me ha gustado y me he mantenido de esto. Hay muchos jóvenes y sobre todo muchachitas a las que les gusta y al menos ahora ya en los municipios están haciendo huapangueadas que antes no hacían.

El señor de canas y temple agradable tiene ya dos décadas siendo instructor en los talleres que ofrece el Centro Cultural de la Huasteca Potosina, siendo muy querido por sus alumnos.

Ha sido maestro de Las Alondras Huastecas, Las Orquídeas y otras agrupaciones que se han ido forjando en el camino de la música.

¿Qué opina de sus compañeros que tocan en cantinas?

Es el trabajo que uno tiene de buscar en cada bar, porque si no le haces así no puedes sostener a la familia, yo anduve en eso mucho tiempo con don Román y otros señores, creo que es la mejor escuela que podemos tener porque te piden canciones que a veces no te sabes y eso te obliga a aprender más.

Don Mario recibió la presea “Sol Poniente” en la XXVII Fiesta Anual del Huapango Amatlán, en Naranjos Veracruz en noviembre del 2016, y ha recibido otros reconocimientos a nivel regional.

¿Cómo quiere que lo recuerden con el paso de los años don Mario?

Yo la verdad estoy en contra de los homenajes ya después que te mueres, ¿pa qué si ya no sientes nada ni ves? Vale más que lo hagan estando aquí que ya no estando.

 

¡SEGURO QUE SÍ PARIENTE!

 

Tiene 93 años de edad y si no fuera porque sus hijas ya no lo dejan salir, don Román todavía anduviera en el área de los mercados buscando ganarse algunas monedas, pero sobre todo ejerciendo su pasión junto a su violín.

Hace tres años lo acompañamos en su recorrido a paso muy lento desde su casa en calle Reforma hasta El Aguaje, una de las cantinas más conocidas de la Zona Centro.

Don Román Araujo Martínez es el huapanguero conocido más longevo de la Huasteca Potosina y aunque sus manos ya no tienen la fuerza de hace unos años, las cuerdas siguen escuchándose igual y cimbrando con sus notas a todo aquel que las oye.

“Nací en el rancho Loma Dura aquí en Valles. Desde los nueve o diez años me gustó la música porque mi tío Juan tocaba violín. Me quedaba con una tía a la que le ayudaba en todo, nunca fui flojo, iba por el agua, mi padre me mandaba a vender leña todo los días, me venía con cinco cargas a lomo de bestia y bien tempranito caminando como cinco kilómetros, a veces hacía 500 leños diarios, me pagaban a 15 centavos la carga de cien y ya me compraba algo de mandadito, un panecito para tomármelo con un refresco”.

Fue hasta los 17 años que aprendió a manejar bien el instrumento y el primero que tuvo fue uno que le fiaron en 16 pesos. Conoció después al Negro Marcelino, (Marcelino Tovar Huerta), otra leyenda en la música regional.

“Ensayábamos juntos aquí en este terreno, él y otros compañeros pero yo aprendí empíricamente… estuve con buenos guitarreros y violinistas, toqué jarana, acompañé al finado Pedro Rosa con guitarra y jarana, a Cruz Orta, un violinista muy famoso de Tanlajás. Ahorita ya no salgo porque ya no puedo, ahora toco con Luis Monroy”.

La memoria de don Román es brillante, platica añejas anécdotas a detalle como si apenas hubieran ocurrido. Por momentos la voz se le corta pero escucha bien, y su endeble figura contrasta con lo lúcido que aún se encuentra.

A los 26 años fundó el trío Los Parientes y él era conocido como el Pariente Mayor, pero estuvo en otros como Los Camperos, Los Caporales, Ilusión Huasteca y junto a Heliodoro Copado y Marcelino Tovar. Anduvo en festivales y otros eventos en varias ciudades del país; ya no sale a las cantinas, y esporádicamente ha tocado junto al pianista Luis Monroy.

“Toco con quien me pongan enfrente, seguro que sí… no sé si le guste yo a la música o la música me guste a mí”.

De diez hijos, cuatro hombres y seis mujeres, ninguno se inclinó por este arte, pero uno de sus nietos, que es policía estatal, es el que ha mostrado interés en tocar la guitarra aunque sea como pasatiempo.

Don Román ha sido acreedor a varios reconocimientos en la localidad, y recalca que son mejor esos homenajes en vida que ya muerto. “Todo en vida, hermano”, expresó.

 

“LAS AUTORIDADES TIENEN APATÍA POR PROMOVER NUESTRO FOLKLOR, TAL VEZ PORQUE NO LES GENERAMOS DINERO”

Las autoridades tienen una apatía, un desdén manifiesto por promover y apoyar nuestro folklor, sus intereses son más bien comerciales que culturales y prefieren lucrar con otro tipo de música, señaló Erasmo Linares Nájera, músico y líder de Los Rebeldes Huastecos quien reclama que el ayuntamiento vallense gasta más de 15 millones de pesos cada año en el elenco del teatro del pueblo de la Feria.

“Le pagaron más de tres millones de pesos al Komander o al tal Gerardo Ortiz, y a los músicos locales apenas tres mil pesos. Somos La Puerta Grande de la Huasteca Potosina y deberíamos llevar el primer lugar como promotores de nuestra música pero al contrario, ya no hacen ni los domingos de huapango y en la Feria nos mandan a un rincón y eso solo por el compromiso de invitarnos”.

Don Erasmo se inició formalmente en el huapango el 22 de diciembre de 2007, pero dice que desde los ocho años escuchaba el programa Atardecer Huasteco en la estación XETU de Tampico, por lo que fue su primer encuentro con este son.

“Accidentalmente me hice huapanguero adulto, vi que tenía aptitudes, me empezó a gustar y de manera autodidacta fue como aprendí; yo sentía que tenía que competir por un lugar, hasta que me di cuenta que la clave no era ser mejor que ninguno sino hacer las cosas diferentes y creo que lo logré”.

Además de ser empresario de la música, Erasmo también tiene otros negocios, una óptica en la Zona Centro y un gimnasio donde practica otra de sus pasiones, el ejercicio.

Lamenta que siempre ha existido una decepción por parte de los huapangueros hacia el gobierno local, “es un punto de vista compartido entre la familia huapanguera: la autoridad tiene una apatía, un desdén manifiesto por promover y apoyar nuestro folklor, nuestras raíces, el son huasteco y el huapango, sus intereses son más bien comerciales que culturales, prefieren obtener ganancias y lucrar con otro tipo de música. Varias veces hemos ido a pedirles apoyo y en el mejor de los casos nos dicen que sí pero esto no pasa”.

Municipios como Axtla de Terrazas, Aquismón, Matlapa, Huehuetlán, Tamasopo y Xilitla están impulsando el huapango a través de eventos también de fines de semana o quincenales.

“Aquí en la Feria todavía hace tres años nos ofrecían el Teatro del Pueblo pero como de cortesía porque lo primero que nos decían era que estaba el espacio pero no había recurso y lo que muchos de nosotros lo que necesitamos es que nos paguen… la Feria Nacional de la Huasteca Potosina no ofrece ningún espectáculo de resonancia de nuestra música, no hay visión para la cultura en Valles”, recalcó, refiriendo que los apoyos que conoce han sido para quienes dan talleres o para escuelas de música.

“Son trámites muy engorrosos, llenar cúmulo de papeles con muchas preguntas y los apoyos son muy precarios, además no se dan a conocer, no hay difusión de las convocatorias”.

Dijo que contrario a San Luis Potosí, en entidades vecinas hay mayor respaldo a los músicos.

“Tenemos que andar grabando en otros estados, allá sí le designan mucho recurso a la cultura; nuestros contratos más grandes son en Hidalgo, Veracruz, Querétaro, Puebla, aquí los eventos que ha habido son con recursos federales”.

Para don Erasmo, el que los huapangueros anden ofreciendo su talento en las cantinas denigra el oficio.

“Existe la percepción casi generalizada de que un músico es una persona que bebe alcohol y que anda en las cantinas… en los tugurios se han quedado talentos porque no tienen la visión de que si te dedicas a esto lo debes tomar en serio y no estoy en contra de los que van a la cantina, cada quien escoge su rumbo, pero ahí regalas tu trabajo y aparte denigras de cierta manera lo que es ser un huapanguero”.

POCOS TRÍOS

En la localidad son entre 60 y 80 personas que tocan un instrumento y que cantan la música huasteca, pero tríos como tal no llega ni a 10, refiere Erasmo Linares.

Los Camperos, Lealtad Huasteca, Los Gavilanes, Perserverancia, Cantores de Valles, Los Caporales y Los Rebeldes Huastecos.

Un buen trío – dice – te cobra entre mil 800 y 2 mil la hora, si vas al Aguaje encuentras hasta de 400 la hora; es el valor que tú como músico le das pero también la gente porque se da cuenta de lo que haces.

LA DIFERENCIA ENTRE LOS TRADICIONALES Y LOS “MODERNOS”

“Hay grupos como La Nueva Dinastía, Halcón Huasteco y otros de ese estilo que cantan canciones, pero pídales un huapango como El Querreque, Un Huasteco Enamorado, Calandria, Huayalejo, no se los saben y si les pides que troven no lo hacen”.

Desde hace unos años han surgido agrupaciones que solo interpretan temas más comerciales, de moda.

“Si quiero ser un músico huasteco debo tocar 80 por ciento sones y huapangos, y 20 por ciento las polcas y corridos que a veces me piden, pero estos grupos están a la inversa, 80 lo dedican a canciones de moda y 20 a canciones tradicionales”.

 

LAS ORQUÍDEAS, ORGULLOSAS HUAPANGUERAS

Alejandra Salinas Pérez tiene 17 años y toca la guitarra, su hermana Gabriela, de apenas 14 toca la jarana y su prima Marina, de 23, el violín. Forman el trío Las Orquídeas desde hace casi cinco años y aprendieron en los talleres del Centro Cultural, teniendo también como maestro a don Mario Chávez quien fue el de la idea de integrarlas como agrupación.

“Vemos que hay interés de muchos jóvenes pero debe fomentarse más”, dijo Alejandra, quien reconoció que por su edad les gustan los géneros de moda, pero hacen lo posible por inculcar en otros de su edad el gusto y admiración por lo representativo de esta región.

“Tenemos amigos que cuando nos vieron como grupo les llamó la atención, algunos aprendieron también a tocar y otros se metieron a danza”.

Ellas fueron parte del elenco de los domingos huapangueros en la plaza y recuerdan que era muy bonito ver a turistas que llegaban y disfrutaban de su música.

Las Orquídeas ya han participado en eventos en Tamaulipas, Querétaro, Hidalgo, Veracruz, Ciudad de México, Oaxaca, Guanajuato, entre otras ciudades. Su sueño es grabar un disco y su opción es hacerlo en Tamazunchale o Xilitla pero para eso requieren dinero que no han podido reunir.

“Queremos llegar a ser huapangueras profesionales, ser como nuestro maestro Mario, ir a muchos lugares y que reconozcan nuestra música. Que el huapango no muera”.

 

DE JORNALEROS A MÚSICOS: LOS GAVILANES DE VALLES

Nacieron en San Pedro de las Anonas, Aquismón, pero Ciudad Valles fue la ciudad donde se dieron a conocer. Lamberto, Severiano y Mateo formaron el Trío Los Gavilanes de Valles hace 23 años, dejando el machete y otros utensilios que utilizaban en las tareas del campo en su municipio natal.

Los hermanos Hernández Pérez grabaron su primer disco en el año 2000 “De canciones y huapangos”, y ocho años después otro más. Aprendieron de forma empírica al ver a su padre tocar pero para una danza autóctona. Mateo, quien tocaba el violín, falleció hace año y medio y lo suplió Benito Vázquez Rocha.

“Gracias a Dios de esto he sacado adelante a mi familia, aunque tener discos no es garantía de nada porque ahorita te los piratean de volada y ya no vendes los originales; ahorita nos apoyamos mucho en las redes sociales donde la gente ve nuestros videos y nos contacta para sus fiestas”, dijo Beto, quien presumió que, como buenos huapangueros, su fuerte es la improvisación.

Opinó que debería haber mayor impulso a esta música aunque no se queja, pues dice que a ellos no les ha faltado trabajo.

“Que nos tomaran más en cuenta, hay compañeros muy buenos, quisiéramos mayor difusión para que esto no se pierda, hay mucha gente a la que le gusta pero los jóvenes deberían conocerla más”.

Entrevistado en El Aguaje, Beto, como es más conocido, dice que ellos ya casi no tocan en las cantinas y que a ésta acuden porque la gente los busca ahí. En eventos en la ciudad el cobro es de mil 500 pesos la hora, afuera un poco más por los gastos que les genera el traslado.

“Nos contratan en Querétaro, Hidalgo, en otras zonas de San Luis; aquí en las cantinas casi no trabajamos, pero si alguien quiere que le toquemos lo hacemos, así empezamos en otros municipios como Tampamolón, Tanquián, San Vicente, pero desde hace unos cuatro, cinco años ya no. Ahí uno aprende porque te exigen canciones que no te sabes, me acuerdo que tenía que aprenderme unas ocho a la semana, de Tigres del Norte, Ramón Ayala, Cadetes, José Alfredo, Pedro Infante y algunos cantantes de moda”.

De la música dio estudio a sus tres hijos – dos mujeres y un hombre – hasta el bachillerato, y ninguno heredó el oficio, hasta ahora que su nieto Aldo de siete años está aprendiendo.

 

¿POR QUÉ NO VALORAMOS LA MÚSICA TRADICIONAL?

 

El antropólogo Ricardo Muñoz Arenas menciona que eso de hacer menos lo que es de la región donde nacimos, viene de herencia. Damos más valor a lo de otras partes, y en el caso del huapango, a algunos hasta pena les da decir que les gusta.

“Uno de factores principales es el llamado malinchismo, que nos impusieron desde hace muchos siglos, de pensar que lo que era de los indígenas en ese entonces de la Conquista, sus creencias, comida, andar casi desnudos era algo denigrante, malo, y que lo bueno es lo que viene de España, de Europa, esto va haciendo que nos vayamos avergonzando de lo nuestro”.

Lo peor, añade, es que los padres, que dejan la responsabilidad de educación de sus hijos a una tablet o teléfono celular, los dejan que escuchen cualquier música, narcocorridos, bandas, pero no los ponen a oír huapangos.

“Y de las autoridades pues qué decir; se ponen su guayabera o camisa bordada solo en los eventos oficiales para presumir que les da orgullo ser parte de la cultura huasteca. En vez de inyectarle más recursos los recortaron, para otros rubros sí hay dinero pero para esto nunca hay. Es increíble que tengamos mayor difusión en el extranjero, que venga el turista y a veces sepa más que la misma gente de aquí porque no damos valor a las tradiciones y el mismo gobierno ha abonado a que no demos esa importancia a nuestras raíces”.

Armando Herrera Silva, Secretario de Cultura en el estado detalló que se ha apoyado a los talleres con el pago de los maestros o la dotación de instrumentos.

“Cada municipio tendrá sus estrategias de impulso a la música local y la Secretaría los apoya. Mucha gente dice que hay que rescatar el huapango, yo digo que no hay que rescatarlo porque está vigente, está vivo y es un proceso que lo vivimos aquí en la Huasteca todos los días, que muchos jóvenes se están integrando”.

Dijo estar de acuerdo en que el huapango se mezcle con otros ritmos.

“La cultura si la encapsulamos y no dejamos que se mueva, ese día va a morir, el mismo huapango es mezcla de sonidos europeos, españoles e indígenas; la cultura todo el tiempo se está mezclando, el son jarocho se está mezclando con música barroca, blues, rock, claro no es lo mismo que hacerlo con reggaetón o banda, pero la cultura no debe encapsularse”.

Este año, la dependencia apenas recibirá 9 millones de pesos del gobierno federal, cuando antes era de 34 millones pero el recorte fue en todos los estados. Del Pacmyc (Programa de Apoyo a las Culturas Municipales y Comunitarias) no hubo afectación, y es en el que se apoyan a grupos de danza y música tradicional, aunque se harán menos festivales culturales.

 

HACE FALTA QUIEN INVIERTA EN CULTURA: DOCTOR CHESSANI

 

Recuerdo que hace dos años, en marzo del 2015 se realizó en Ciudad Valles el Encuentro Intercultural de las Huastecas con siete millones de pesos gestionados por la diputada federal veracruzana Guadalupe Moctezuma Oviedo a través de la asociación civil “Luna Nueva” de Tamaulipas. Hubo señalamientos en el sentido de que realmente no se aplicó todo ese dinero, incluso mismos huapangueros locales refirieron no haber recibido ningún pago.

Entrevisté ahí al Trío Sentimiento Huasteco formado por Miguel Ángel, Primo y Édgar Said Cayetano Sánchez, entonces de 18, 17 y 15 años, oriundos de un barrio de Tamán, Tamazunchale. Llegaron de raid a Valles para participar en ese evento, aunque no les habían prometido ningún pago pero su deseo era que la gente los conociera.

“Lo que hace falta yo creo es dinero, quién invierta en cultura, y así mata dos pájaros de un tiro, es decir atrae a la gente, la empapa de cultura y además disminuye el vandalismo, actos delictivos. Hay muchas manifestaciones culturales que se pueden abordar acercando, abriendo espacios para que San Luis Potosí tenga un índice de criminalidad más bajo”, dijo Elías Francisco Naif Chessani, más conocido como Doctor Chessani, quien en el 2016 recibió la Presea al Mérito “Plan de San Luis” por su huapango arribeño y son huasteco.

Se presentó en la Feria de Ciudad Valles en abril de este año, abriendo el escenario en el Teatro del Pueblo a Los Ángeles Azules.

¿Qué opina de que a los huapangueros los releguen en esta máxima fiesta de la Huasteca Potosina?

Es cuestión de hablar con el patronato, yo por ejemplo ni siquiera estuve anunciado en el cartel pero yo creo porque esos grupos de primera magnitud los contratan con tiempo de anticipación. Para mí Valles tiene mucho que aportar al mundo con tanto grupo huapanguero famosísimo, pienso que hay que acercarse y pedir un lugar, lo merecen todos los grupos porque tienen una calidad enorme, que alguien haga esa fusión, autoridades y grupos. Pienso que hay todavía un hálito de esperanza para que la cultura popular prevalezca en nuestro estado y país”.

Hay varias versiones sobre el origen de la palabra huapango. Dicen que se deriva del vocablo cuauhpanco, de cuahuitl, leño de madera o árbol, pan y co: sobre el tablado o sobre la tarima.

Otros señalan que hace alusión a los pobladores del Pango (el río Pánuco) a través de una reducción cuyo significado probablemente haya sido “los cantos y bailes de los huastecos del pango”. Es decir, música y baile de los del Pánuco.

Otra versión indica que su origen es una derivación de la palabra que da nombre a un canto flamenco “fandango” que además de estar ligado a la génesis del huapango, sirve como vocablo para designar las fiestas en las que se ejecuta son huasteco. Para otros, huapango simplemente quiere decir “son huasteco”, el son que se toca en las Huastecas.

Mayo 05, 2017

¡Que el huapango no muera! fue Premio Estatal de Periodismo 2017 en la categoría Periodismo Regional.

Don Mario Chávez Solís es un ícono del huapango. Se encuentra delicado de salud y oramos por que pronto se recupere y siga promoviendo lo que tanto ama, sus raíces huastecas.

La primera imagen es de las Alondras Huastecas.

 

 

 

 

 

 

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